viernes, 26 de febrero de 2016

Los márgenes, la sangre y los dolores de cabeza que esto produce

Para todos aquellos que alguna vez han escuchado las palabras «sangre» y «margen» referidas en el ámbito de las artes gráficas y que no tienen muy claro lo que es, dejo la siguiente explicación.
Voy a referirme principalmente sobre estos dos elemento en el diseño de publicaciones impresas (libros, revistas, carteles...) aunque también es aplicable a otros productos gráficos.
Para comprende estos dos conceptos debemos saber que cuando preparamos un flyer, por ejemplo, este se imprime en un pliego de papel mayor que el propio flyer y después se corta dejando el producto final al tamaño correcto.

Margen
El margen es la distancia de seguridad que dejamos en el interior de la página para proteger los «live elements» del corte. Normalmente la distancia mínima que debe haber entre el corte y cualquier elemento importante es de 5 mm.


Sangre
Es el espacio que dejamos por fuera de la página y en el que extendemos todos aquellos elementos que deben ir al filo del corte. Tras el corte todo lo que esté en ese espacio será descartado.
Esto sirve para evitar filos blancos en el borde de los elementos con contenido que deban quedar en el filo. La distancia mínima de sangre es 2mm, aunque esta variara dependiendo de la imprenta y el producto gráfico.



Tips
  • Si en la imprenta dicen que envíes un archivo con sangre debes extender el contenido varios milímetros hacia afuera del tamaño final del producto.
  • Cada imprenta tiene sus propias medidas mínimas dependiendo de las máquinas, el personal, el producto gráfico a imprimir y la carga de trabajo que tengan. Antes de empezar a trabajar con una imprenta pídeles los márgenes y sangre mínimos.
  • Tanto la sangre como el margen es preferible que sobren a que falten.
  • Atento: en algunas imprentas el uso de sangre puede incrementar el precio de impresión.
  • En caso de que tengas que extender a sangre una fotografía que no está preparada para ello puedes añadírsela en Photoshop ampliando el lienzo por el lado que lo requiera y utilizando la herramienta «rellenar: según el contenido».
  • Para evitar efectos no deseados evita colocar elementos a medio paso entre el margen y el borde de la página.

jueves, 25 de febrero de 2016

Hay que releer lo que se escribe

Como ya sabéis trabajo en una editorial y a diario maqueto libros de muchos autores. 
A pesar de que la principal norma para hacer mi trabajo es no leer lo que estás maquetando hay veces que se necesita leer un poco para hacerse una idea de cómo debe ir el texto. 
A veces cuando lees algunos de los textos que maquetas encuentras pequeñas joyas que no dudas en añadir a tu colección pero otras veces te das cuenta de que el texto con el que estás trabajando no ha sido corregido (cosa que puede terminar haciendo que tenga que volver a maquetar una vez haya sido corregido).

«Cuando escribimos directamente sin detenernos a pensar detenidamente lo que estamos poniendo el cerebro ya está pensando lo siguiente que vamos a decir y se pueden producir redundancia, falta de puntos, comas, signos de puntuaciones varias, incorrecciones, el lenguaje coloquial se nos puede mezclar y dar lugar a repeticiones innecesarias o que la frase cambie de contexto cuando escribimos, por eso es importante volver a leer las cosas después de que lo hayamos escrito para corregir todos los errores que se producen por escribir sin leerlo nuevamente.»

Corrijo:
A veces mientras escribimos estamos pensando en lo siguiente que vamos a poner y esto puede provocar algunos errores. Si no estamos atentos podemos confundirnos en el uso de los signos de puntuaciones o incluso olvidarlo. Por ello y para evitar redundancias y errores de sintaxis es aconsejable releer atentamente lo que escribimos. De este modo corregiremos el texto sintáctica, gramatical y ortográficamente.

Más de la mitad de los errores que cometemos se evitan si releemos lo que escribimos.

A continuación os dejo un par de «tips» para aplicar mientras releemos nuestros escritos:

  • Revisa los signos de puntuación: asegúrate de que todos y cada uno de los signos que has puesto son necesarios y que no falta ninguno.
  • Comprueba que la separación de párrafos es correcta.
  • Comprueba que las oraciones mantienen la concordancia de tiempo y persona.
  • Asegúrate de que no repites frases a lo largo del texto.
  • Cambia los guiones (-) por rayas (—) cuando corresponda.
  • Cambia << y >> por « y ».
  • Cambia " por “ y ”.
  • Cambia ' por ‘ y ’.
  • Aplica itálica o comillas a todas aquellas palabras que lo requieran.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Fotografías

El domindo fuimos Fernando, su mujer y yo al parque Infanta Elena. El día estaba muy soleado y agradable y pudimos hacer bastantes fotografías.

En uno de los arbustos de la entrada habían varias mariposas y algunos abejorros.


La única mariposa blanca que había en el arbusto
Una de las mariposas que había en el arbusto. Había cuatro como esta.

Detalle de la mariposa

Un abejorro

Este encuadre es prestado de Fernando. 
Él sacó una foto como esta y yo la repetí con mi cámara.

Una amapola que se encontraba solitaria entre un montón de hierbas



Una mosca con manchas amarillas que asemeja ser una abeja

El lunes por la mañana había mucha niebla


lunes, 22 de febrero de 2016

Sexto (1): La consciencia de la máquina

 ¿Qué pasaría si jugásemos a ser Dios?
En un futuro no muy lejano, en el que los androides domésticos se han convertido en algo prácticamente al alcance de cualquiera, un grupo de programadores ha desarrollado un nuevo sistema operativo que permite a los androides sobrepasar límites nunca imaginados.
¿Cuáles serán las consecuencias?


YA DISPONIBLE en:


Ficha técnica 

Nombre 
La consciencia de la máquina
Saga
Sexto, tomo 1
Género
Ciencia Ficción
Fecha de edición 
Febrero, 2016 
Nº Edición
1
Autor 
Alex Vollmer
Diseño y maquetación
www.alexvollmer.es
Formato
6”x9”
Páginas
80
Cubierta 
Blanda 
ISBN
9781530079865
(...)
—Mire doctor, yo no digo que sean personas... Pero le aseguro que mi Beini es capaz de sentir.
El psicoanalista levantó la vista de la libreta y preguntó:
—¿Su Beini?
—Mi androide de compañía.
—Comprendo —volvió a fijar la mirada en la libreta llena de esquemas y palabras clave. Meditó las palabras antes de seguir, este era un caso complicado; el paciente en cuestión había pasado un divorcio recientemente, había perdido su coche, su casa, sus hijos, todo a causa de quedarse sin trabajo y no ser capaz de afrontarlo debidamente. Tras dos años de sesiones y litros de lágrimas de frustración derramadas, parecía que comenzaba a rehacer su vida. Esperaba poder darle el alta pronto, pero por la expresión de su rostro, parecía que todo había vuelto a complicarse—. ¿Qué hace distinto a “Beini” de los demás androides domésticos?
—Está claro, doctor. Beini es capaz de sentir.
—Hábleme de Beini.
—Vino a vivir conmigo hace casi un año.
El psicólogo buscó en su libreta las anotaciones de hacía un año. En ninguna sesión había mencionado a Beini, sin embargo sí había hablado de una mujer en su vida. «Hoy vi la criatura más hermosa que nunca he conocido. Su mirada se clavó en mí y me di cuenta de que éramos el uno para el otro”, leyó en silencio el psicólogo.
—¿Dónde la compró?
—En Andropro. La vi en el escaparate, tan única, tan hermosa, tan triste... No pude resistirme y me la llevé.
—Se la llevó —recalcó el psicólogo.
—Sí, se veía tan sola que me sentí obligado a llevármela. Ella necesitaba compañía —parecía comenzar a ponerse nervioso.
El doctor levantó la mirada sobre sus gafas y la fijó en el nervioso hombre que tenía frente a él. La silenciosa presión que ejercía sobre su paciente pareció surtir efecto cuando el hombre finalmente tartamudeó:
—No me mire así, doctor. ¡No fue un robo, fue un rescate! Ella estaba sola y triste, necesitaba compañía. Cada vez que pasaba frente a su escaparate ella me seguía con la mirada, suplicante...
El psicólogo asintió levemente y el paciente siguió contando:
—La cogí y la llevé a casa. Desde entonces vive conmigo. Al principio dejé para ella el cuarto de invitados. Ella estaba siempre mirándolo todo, pero era muy tímida. Durante el primer día se quedó quieta dónde la dejé y no dijo ni una palabra, simplemente miraba y escuchaba. Era muy bonita, y su timidez demostraba aún más ese sentimiento de soledad que tenía. (...)





sábado, 13 de febrero de 2016

Escribiendo un diálogo

«Pablo se sentó en el banco del parque y abrió el libro por donde se había quedado leyendo.
Diez minutos más tarde, se sentó alguien junto a él, era la persona a la que estaba esperando.
—Siento llegar tarde —dijo el recién llegado sacando una libreta de su mochila—. Mira lo que he escrito.
Pablo cogió la libreta y comenzó a leer… »

Este es un diálogo cualquiera de una historia cualquiera. Independientemente de que nos guste más o menos, para escribir correctamente un diálogo en español debemos seguir algunas normas y consejos:

La raya

Para señalar el inicio de una frase dicha por un personaje se debe utilizar «la Raya» (—). No es correcto utilizar el guión (-).
La raya se escribe de la siguiente manera: (Alt+0151)*.
La raya se escribe pegada a la primera palabra del diálogo.

*En caso de Microsoft Word, el programa no reconoce correctamente la raya, de modo que deberemos utilizar los accesos rápidos del programa para que nos genere su propia «raya». (2015, Alt+x) ―.
 Debemos avisar que la raya (Alt+0151) y la raya de Word (2015, Alt+x) no son el mismo grafismo y que en algunos casos, al cambiar de programa, la raya de Word puede dar problemas.

- Gill, ¡esto está lleno de faltas de ortografía!

—Gill, ¡esto está lleno de faltas de ortografía!

Acotaciones

Cuando escribimos un diálogo muchas veces querremos hacer aclaraciones y acotaciones circunstanciales. Para ello utilizaremos nuevamente la Raya, esta vez pegada a la acotación.
Debemos aclarar que las puntuaciones irán por fuera de la acotación, siguiendo estas normas:
Si se trata de un verbo de acción (dijo, pensó, acotó, protestó, gritó, exclamó, preguntó…), este irá en minúscula y la oración se punturá al finalizar la acción. 

—Hola —dijo María.
En caso de que el personaje siga hablando, la puntuación correspondente se colocará detrás de la raya que cierra la acotación:

—Hola —dijo María—, ¿quieres tomar algo?

 En caso de que la acotación no sea un verbo de acción, la puntuación irá antes de la raya de la acotación y la acotación empezará en Mayúsculas.

—Hola, ¿quieres tomar algo?, invito yo. —Y llevándose la mano a la cartera agregó:— Tengo dinero.

Un caso especial son los signos de exclamación y de interrogación y los puntos suspensivos: siempre irán antes de la raya que abre la acotación, lo cual hará que la acotación deba terminarse con un signo de puntuación tras la raya de cierre.

—Hola, ¿quieres tomar algo? —preguntó María—, invito yo.

Separación de los diálogos

Esto es especialmente aconsejable para mejor legibilidad del diálogo. Procura que cada personaje hable en un nuevo párrafo.

—Hola, ¿quieres tomar algo? —preguntó María. —Sí, porqué no…—contestó Jorge.

—Hola, ¿quieres tomar algo? —preguntó María. 
—Sí, porqué no…—contestó Jorge.

Saltos de párrafo dentro de un diálogo

Si un personaje narra una historia, frecuentemente necesitará realizar un salto de párrafo. En estos casos usaremos las comillas españolas de cierre (») (Alt+175) para indicar que sigue hablando el mismo personaje.

―Lo sé, parecen completamente humanos salvo por sus gestos: son muy fríos ―comentó Marcos.
―Eso era al principio ―contestó ella―. Por sorprendente que parezca, cada día el rostro del androide era más humano. Aprendió a poner todo tipo de gestos y sus interpretaciones de Yago fueron sublimes.
»Cuando terminamos con la gira de Otello comenzamos a prepararnos para interpretar Los Miserables. Alois seguía sin regresar de sus vacaciones…, bueno, aún no ha regresado ―sonrió Cosette―. Lo echamos mucho de menos, espero que vuelva pronto. Me han dicho que su niña ha crecido un montón.
*Fragmento de Sexto

Esos son solo algunos de los consejos para escribir correctamente un diálogo.
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